jueves, 19 de febrero de 2015

Jugamos con water beads...

...Y estrenamos mesa sensorial!



Papá manitas se animó el otro día que tenía un ratito y hizo los agujeros a la mesa LACK que llevaba meses esperando a ser transformada. Un par de agujeros y un par de recipientes y tenemos mesa sensorial súper barata! Gracias Papá!


La hemos estrenado con water beads normales y Jumbo que llevaban un par de días en remojo, aunque Ó ya jugó anoche con las grandes, clasificando por colores.





Las water beads son unas perlas de un polímero biodegradable no tóxico que crecen cuando llevan un tiempo sumergidas en agua. Normalmente se usan para decoración y arreglos florales, pero tienen un tacto tan particular que son perfectas para el juego sensorial.


Las podéis encontrar en cualquier bazar. Si las vais a usar para este tipo de actividad, os recomiendo no dejarlas más de día y medio - dos días en remojo, ya que crecen tanto que se vuelen muy frágiles y con apretujarlas un poco se deshacen como si fueran gelatina.




Aquí está Ó esta mañana, cuando ha reconocido a sus amigas de anoche. No me ha dado tiempo ni a quitarle el pijama, se ha puesto en seguida a la faena!


La actividad es tan sencilla como presentar los materiales y dejar al niño experimentar. Nosotros hemos dispuesto una bandeja con varios utensilios para lo que le dé la imaginación.


Primero le ha dado por introducir las Jumbo en la cesta. Luego le he colocado el embudo y ha estado un buen rato trasvasando las pequeñitas.


Trasvasamos, de un recipiente a otro, tocamos, apretamos, mezclamos...



Y nos llevamos la satisfacción de conseguir lo que hemos estado intentando durante mucho rato y no podíamos hacer porque se "espapan"!





Y la cosa no se ha acabado ahí! Lo he vestido y ha estado jugando casi toda la mañana...


Actividad sencilla, barata y para mucho tiempo. Las water beads aguantan bastante tiempo hidratadas (hasta dos meses). Si se resecan podemos volverlas a hidratar.

Sobra decir que hay que acompañar al niño en todo momento. No son tóxicas pero podría haber peligro de atragantamiento y hay que estar pendientes de que no se las lleven a la boca.


Nos hemos divertido un rato largo. Yo más, que ha acabado el comedor como si fuera una cancha de tenis... Jaja! Luego recogemos, las guardamos en un recipiente, y...

¡Hasta otro día!













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