lunes, 27 de octubre de 2014

Método Montessori. ¿Qué es?

Al poco tiempo de nacer Ó, nos dimos cuenta de que era un niño muy vivo. Cuando empezaron a surgir sus necesidades de alcanzar, tocar, chupar, moverse... Empecé a leer acerca de la estimulación temprana en términos generales. Y leyendo, un día me topé con el blog de María, Crea momentos. Sus hijos son mayores que Ó pero me fascinó la dedicación que tiene con ellos. Cantidad de ideas, de actividades, de cosas motivacionales sin duda para los peques. Y ahora no sé exactamente en qué post, salieron las palabras: "Método Montessori". Y me picó el gusano. Y buscando información, cuanto más sabía, más me gustaba. Y pensé que, ya que voy a estar, por el momento hasta que Ó entre al cole, con él en casa, qué mejor que invertir todo ese tiempo en ayudarlo a desarrollarse a su ritmo de una forma que me gusta y con la que me identifico.

El método Montessori es un método educativo que se basa en el respeto y la estimulación. Fue creado por la Doctora María Montessori a finales del pasado siglo. Ella trabajaba con niños en riesgo social, y se quedó fascinada al ver la capacidad de aprendizaje que tenían. Tras años de observación, se dio cuenta de que con un entorno preparado y dándoles la libertad de aprender a su ritmo, los niños alcanzaban su máximo potencial de desarrollo en todos los ámbitos. Así desarrolló su programa y los materiales que facilitan el crecimiento del niño.



Con el método Montessori, los niños aprenden de las experiencias. Según la Dra., desde el nacimiento a los 6 años los niños son mentes absorbentes, aprenden y asimilan sin esfuerzo, y pasan por lo que ella denomina "periodos sensibles". Durante estos periodos, el niño tiene una facilidad excepcional para aprender de ciertos estímulos a los que son muy receptivos. Son estas etapas las que el guía debe reconocer y aprovechar para introducir actividades y materiales que sacien los intereses y la motivación del pequeño.

En el método Montessori existen guías en lugar de profesores. Un guía es la persona que acompaña y observa al niño en su crecimiento, que prepara el ambiente para adecuarlo a sus necesidades y que le sirve de modelo. No interfieren en el aprendizaje natural y las necesidades individuales de cada niño, más bien los acompañan. El guía muestra al niño cómo ejecutar las actividades para las que está preparado, para luego dejar al niño trabajar de forma independiente. Un guía no interferirá si el niño está trabajando de forma productiva, pero cuando surja una dificultad, estará ahí para dar ayuda, aunque nunca más de la necesaria. Los niños desarrollan su propio patrón de trabajo, y sus necesidades se evalúan mediante la observación. Las actividades o materiales que se le muestren, siempre están basadas en lo que ya ha aprendido. Es aquí donde juega un papel importante el ambiente preparado: Éste facilita el cambio gradual del aprendizaje del niño, que tiene libertad para moverse a través de las actividades necesarias para el desarrollo individual de sus habilidades.

El ambiente preparado fomenta la independencia de los niños. Los estantes que muestran las actividades y materiales son bajos y están al alcance de los niños. Se cuida mucho el orden y la estética, tanto que cuando un material se deteriora o despinta, se retira hasta que está reparado; y cuando se cambia de actividad, se debe guardar la primera antes de sacar la segunda. Esto fomenta también en el niño el orden y el respeto por las cosas. Se prefieren los materiales naturales, tanto en el ambiente como en las actividades. También se suele tener acceso a un jardín donde estar en contacto con la naturaleza.  Las actividades graduales se muestran de izquierda a derecha y de arriba a abajo para facilitar posteriormente la habilidad de lecto-escritura. Son salones grandes, sin a penas mesas y sillas, ya que los niños usan alfombrillas en el suelo para delimitar su zona de trabajo y centrarse en su actividad. Se reúnen en el aula niños de un rango de edad de 3 años, lo que desarrolla las habilidades sociales, intelectuales y emocionales, ya que los pequeños pueden aprender de los mayores, y los mayores obtienen beneficios al ayudarlos. En las aulas Montessori se trabaja en ciclos de tres horas ininterrumpidas: No hay recreos, no hay timbres ni cambios de aula, profesor, o asignatura determinados. Los niños trabajan esas tres horas durante el tiempo que deseen con la actividad que deseen. El ambiente preparado permite el desarrollo espontáneo de las habilidades sociales, intelectuales, emocionales, y del sentido de la responsabilidad y libertad.




La Dra. Montessori creó varios materiales en función de las necesidades de aprendizaje que observó en los niños. Son materiales, que no juguetes, que captan la curiosidad del niño y fomentan las ganas de aprender. Los materiales que diseñó son autocorrectivos, están hechos de tal manera que el niño no puede terminar incorrectamente el ejercicio sin darse cuenta de ello: Sobrarán piezas, dejará espacios vacíos, no coincidirán los controles de error... Y aíslan la dificultad, de este modo los niños se concentran en la tarea.
Se dividen en cuatro grupos según el ámbito que desarrollan. Materiales sensoriales, materiales de vida práctica, de matemáticas y de lenguaje. En cuestión de artes, geografía, botánica, biología o música, se apuesta por el desarrollo a través de la práctica y de la propia experiencia. El aprendizaje de la ética, la moral y la cultura, está presente cuando el trabajo con los materiales es de forma cooperativa.
En un próximo post los veremos un poco más detenidamente.

Os dejo unos vídeos que da gusto ver: Un aula Montessori en una jornada de trabajo, y un ciclo ininterrumpido de tres horas de trabajo de un niño de cuatro años.





Sencillamente increíble, ¿Verdad?