sábado, 31 de enero de 2015

12 cuentos para 2015

Papá Noel y los Reyes magos nos han dejado un montón de cosas súper guays, pero ningún libro!
Como mamá lectora que soy, me he dispuesto a realizar una lista de libros/cuentos que me gustaría comprarle a Ó este año. Uno por mes. Son libros que por una u otra razón me parecen especiales y me gustaría que formaran parte de nuestra biblioteca particular. El orden de la lista no tiene nada que ver con que me gusten más o menos, es una simple enumeración ya que cada uno tiene su encanto.
Ahí van:

1. El monstruo de colores, de Ana Llenas.


Me quedé con ganas de éste libro en Navidades, lo teníamos pedido pero desgraciadamente no llegó.
Trata las emociones de forma sencilla y las relaciona con los colores. Encima es Pop-up, que en casa somos muy muy fans del pop-up!


2. Todos los besos, de Alex Sanders.


Porque yo soy muy de besos, y Ó también, ¿Qué puede haber más bonito que un libro con todos los besos? Divertirnos nos divertiremos, seguro.


3. Las emociones de Nacho, de Liesbet Slegers.


Otro libro para tratar las emociones con los más peques. De tapa dura y papel grueso con solapas. Perfecto!


4. No es una caja, de Antoinette Portis.


Un libro que fomenta la imaginación de los niños. Lo que para un adulto es una simple caja, para éste conejito es muchísimas cosas más!


5. Un bicho extraño, de Mon Daporta.


Un texto descriptivo que va añadiendo detalles del ratoncito a modo de adivinanza. Además es circular, al llegar al final sólo tenemos que darle la vuelta al libro para seguir leyendo.


6. ¡A vestirse! de Patricia Geis


De la serie Coco y Tula, Buenos Hábitos. De entre otros muchos más, (¡A dormir! o ¡Adiós, chupete!) me gusta especialmente éste porque Ó lo de desvestirse lo tiene claro, pero lo de vestirse no tanto!


7. Una teta, una naranja, una aceituna. De Jéssica Gómez.


Un cuento para niños acerca de la lactancia. Tiene que estar en nuestra biblioteca!


8. La pequeña Amelia se hace mayor, de Paula Bonet y Elisenda Roca.


Porque es pop-up. Porque lo vi en la librería y me enamoró. Porque hacerse mayor es algo digno de libro. Y porque comparto ciudad con su ilustradora, Paula Bonet, una máquina.


9. El libro inquieto, de Los Krickelkrakels.


A Ó (y a mí) le fascina Hervé Tullet. En la misma línea tenemos éste libro interactivo, nos encanta soplar, cantar, besar y lo que haga fata para ver cómo ayudamos a que la historia avance!


10. Colores, de Herve Tullet.


Más libro interactivo, más Tullet, nunca viene mal. Todo lo que sean animales, colores y formas le entra a Ó por el ojo y después de las caras de sorpresa de Un libro, no espero menos de éste.


11. Mamá, de Mariana Ruiz Johnson.


No tenemos ningún libro escrito en verso, y éste me parece precioso para empezar con la poesía por algunas reseñas que he leído. 


12. Papá, por favor, consígueme la luna, de Eric Carle.


Nos encantan las ilustraciones de este señor, y ya que tenemos un libro en homenaje a Mamá, qué menos que uno que hable de lo geniales que son los papás!


Tenemos más libros pendientes, pero esos los dejo para "bonus" tipo cumpleaños, o navidades!

Es increíble cómo los niños no aburren los libros, y los leen y piden una y otra vez, sobre todo los que tienen desde hace más tiempo. En casa los libros nuevos pasan por un proceso de adaptación: Hay un amor a primera vista por parte de Ó, una dedicación total en un primer contacto. Luego no lo toca en una semana. De mientras leemos los que ya teníamos. Y con el paso del tiempo, se acuerda de que ese libro está ahí, lo pide cuando pide los demás, y en unos días se integra en la colección de favoritos.
No tenemos una biblioteca muy extensa por el momento pero los títulos que hay están seleccionados por algo: Ha sido un regalo especial, o contiene un buen mensaje, o aprendemos algo con él, o nos entretiene mucho, o nos muestra algún valor humano.

Espero que siga siendo así. Sé que llegará un día en que tendré que luchar contra invasiones de Minions o sus sucesores en casa. Pero de mientras, me encanta que Ó se empape de buena literatura infantil.

Si te interesa comprar alguno de éstos libros, haciéndolo a través de los siguientes enlaces nos ayudas a seguir con nuestro proyecto. ¡Gracias!


Seguridad infantil. Yo tenía una casa bonita.

Es lo que he pensado cuando hemos visto a Ó correr por debajo de la isla de la cocina y Papá Manitas y yo hemos dicho: "En un par de meses se deja la cabeza en esa esquina. Habrá que poner algo."

Y es que yo tenía una casa bonita y ahora todo son "pongos" de seguridad.
Hace poco una amiga me decía que su tía la criticaba cuando su hijo era un bebé e iba a visitarlos a su casa, porque lo tenía siempre todo patas arriba. Me recordó mucho a mí. Yo tenía una casa bonita y ahora tengo una cajón desastre: Un salón invadido por juguetes; rayas de rotulador, chocolate y quién sabe qué más en las paredes; una trona que pulula por el comedor; una torre de aprendizaje desubicada en la cocina; un cepillo de dientes que lo mismo está pegado en el mueble, que en la pared, que en el espejo. En mi dormitorio hay una cama de matrimonio y una de 90 cm pegada a ella, por supuesto nada conjuntadas. Me las veo y deseo para conectar un aparato en los enchufes. Nada está donde estaba y el mueble del salón está desértico de mitad para abajo. Tengo pegatinas de silicona en las esquinas de las mesas para evitar desgracias y unos topes en las puertas nada glamourosos. He cambiado cuadros por pinturas híper abstractas y de las paredes cuelgan cables sujetos con cinta aislante.
Pero oye, le pregunté si su tía había tenido hijos. Los había tenido ahora, 15 años después. Quizás habría que hacerle una visita y preguntarle si su precioso jarrón sigue a los pies de la televisión.

Y es que tenemos que adaptar la casa a los peques, no al contrario, le dije. Yo tenía una casa bonita, sí, pero nada práctica para un bebé investigador, más bien llena de peligros y cosas que incitan al "¡ESO NOOO!!". Y ¿Para qué voy a gritarle a Ó, si a él lo mueve la curiosidad, que es la base del aprendizaje, y yo puedo cortar el problema de raiz?. Ahora tengo una casa preparada a prueba de terremotos. Ha invadido mi salón pero nada nos hace más felices que compartir ese espacio de juegos. Tengo un artilugio en la cocina que no va con la decoración, pero vale mucho más la pena ver a mi hijo preparando sándwiches que cualquier cosa bonita. Mi dormitorio parece una cama redonda psicodélica, pero es lo que permite a Ó abrazar a Papá o a Mamá con sólo dar dos vueltas de croqueta mientras duerme. Ó tiene a su alcance lo que debe de tener, y lo que no, simplemente, no está a su alcance. Mucha gente lo criticará y dirá que a un niño hay que enseñarle que ciertas cosas no se tocan. No les quito razón. Pero es muy difícil explicarle a un bebé de 9 meses que ya camina, que el marco de fotos del mueble bajo no se tiene que tocar, porque si está a su alcance, probablemente será a lo primero que vaya. En casa hemos preferido apartarlo todo y adaptarnos, que pasarnos el día con gritos tipo ¡Ahí no se va!, ¡Eso no se toca! o ¡Eso no se hace!.

Aquí os dejo algunos tips o ideas que pueden ayudarnos a acondicionar la casa, en cuanto a seguridad se refiere, cuando nuestro bebé se convierte en explorador:

-Cierres de seguridad de armarios:


En casa los tenemos de éste tipo en la cocina. Evitan la apertura de puertas de armarios si no levantamos la tapa y quitamos la goma. Va pegado con un autoadhesivo y la tapa es bastante resistente. Antes teníamos unos parecidos pero sin la tapa de protección y Ó aprendió a tirar de la goma y abrir en seguida. Con 16 meses éstos siguen cumpliendo su función. 

Después tenemos éste tipo de cierre que funciona con una llave magnética. Debemos atornillarlo al interior del mueble y tener la llave siempre a mano. No lo he probado aunque parece eficaz.



Y éste, igual que el primero pero más largo, es el que tenemos colocado en la puerta del congelador del frigorífico porque hubo una temporada en la que había más juguetes de Ó congelados que alimentos.


-Tope para cajones:
 
En casa no los tenemos porque nuestros cajones no resultan de fácil apertura para Ó y no los suele abrir. Además, donde llega hemos procurado que no haya objetos que puedan hacerle daño. Van atornillados al interior de los cajones y sólo permiten una abertura de 3-4 cm. Se ha de ejercer presión para liberar el mecanismo y permitir una apertura total.
-Tope para cierre de puertas: Una de las cosas que hacen menos bonita nuestra casa, pero evita que nuestro peque se pille los dedos con las puertas de paso. Es simplemente una pieza de goma eva que se encaja en la hoja de la puerta y hace tope al cerrar.
 

También existe éste otro tipo, aunque me resulta más práctico el primero a la hora de quitarlo y ponerlo.

 



-Protectores de esquinas:

Evitan que en caso de coscorrón nuestros peques se perforen el cráneo con el canto de los muebles. Hablando en serio, toda esquina es peligrosa, pero los cantos lo son aún más porque la probabilidad de que produzcan una herida abierta en caso de golpe es muy alta. Nosotros los pusimos (y siguen puestos) en la mesa de centro y en el mueble de la televisión, que también es bajo. Se pegan con un autoadhesivo que llevan.



-Protectores de esquinas II:

Éstos son los que pensamos poner en la isla de la cocina. Nuestra isla sobresale por todas las caras del bajo mueble y Ó tiende a pulular por ahí. Todavía no llega, pero en cuanto le alcance la cabeza tenemos claro que los golpes no van a ser pocos. También se adhieren con adhesivo.

 


-Protectores de enchufe:

Los hay de varios tipos, sin embargo recomiendo los de la segunda imagen por dos motivos: Uno, es imposible que el pequeño entre en contacto con el enchufe porque no va a poder extraer el protector ni accionar el mecanismo, y dos, resulta sencillo enchufar un aparato cuando lo tenemos que utilizar porque sólo hay que encarar el macho en los agujeros y hacer un leve giro. Además, no tenemos que quitarlo, lo que evita que nos olvidemos de volverlo a colocar. 
El primero es un macho de plástico que simplemente encaja en la hembra. El segundo va adherido con unos puntos de autoadhesivo.

 


-Cierres de seguridad para ventanas:

Aún no los tenemos colocados porque Ó no alcanza las ventanas, pero es algo que también tendremos que poner en un futuro próximo porque nunca se sabe, y Papá ya se imagina a Ó escalando sobre una mesa/silla para ver la luna (Que es su último amor platónico).

 


-Antideslizantes para ducha o bañera:

Imprescindibles, de hecho es muy probable que los tengáis puestos incluso si todavía no bañáis al niño allí. Los hay de mil diseños y colores.



Podéis encontrar estas cosas en Leroy Merlin, Ikea, y prácticamente cualquier tienda de bricolaje y sus precios no son elevados. Es algo que no solemos buscar ni comprar hasta que vemos al peque gatear cerca del enchufe o se ha pegado su primer porrazo contra la mesa.

Si queréis saber cómo podéis acondicionar vuestro hogar a los peques con un bajo coste, visitad el post Imprescindibles de Ikea.
Y aquí podéis ver cómo hacer una torre de aprendizaje o seguridad para que los niños ayuden en la cocina sin peligro. Nosotros la usamos también en el lavabo!

No dudéis en comentar si tenéis algo que añadir :) Muak!













martes, 27 de enero de 2015

Arte. Pintamos con biberón.

No se me hubiera ocurrido en la vida de no ver a Ó haciendo ésto en la mesa de café:


Apoyaba el biberón lleno de agua, lo soltaba, observaba la manchita de agua que se había formado y volvía a hacerlo unos centímetros más allá.

Ya tenemos la mesa de centro suficientemente hecha polvo, pero no quería cortarle la iniciativa, así que decidí dejar que siguiera con su actividad creativa en una hoja.


Añadí colorante alimentario en pasta al agua y le cedí una hoja de un bloc de dibujo que tenía por casa. Es un papel más grueso y con más textura que una cartulina así que absorbe bastante bien el líquido.


Se dedicó a hacer lo mismo, concentrarse (me encanta verlo así!), apoyar el biberón, soltar, observar qué había hecho, y hacerlo un poco más allá. Yo me limité a observarlo sin intervenir, siguiendo el #retomontessori2015 que propone Cristina de Montessori en casa para Enero.


Y éste fue el resultado!


Aquí dejándolo secar un par de dias:


Digno de cualquier galería de arte! A que sí?!


miércoles, 21 de enero de 2015

Los cuentos de Ó. La pequeña oruga glotona.

En esta entrada ya os enseñé el libro preferido de Ó en sus inicios lectores.
Cerca de cuando cumplió los 10 meses, pasé por la librería y compré un libro del que me enamoré hasta yo:
La pequeña oruga glotona.

Cuenta la historia de una pequeña oruga que come hasta convertirse en mariposa. Tiene el texto justo para no aburrir a los más pequeños. Yo no hago mucho caso del texto y le voy contando la historia a Ó a mi manera, rapidito y con teatro para que interactúe conmigo y con el libro. Claro que Ó es pequeño e impaciente. Las ilustraciones son súper vistosas, con fondo blanco, que centra la atención en la imagen.


Hay varias ediciones de éste libro. Nosotros tenemos la versión desplegable del 45 aniversario. Es un libro grande y que abulta, y tiene unos pop-up que son una delicia. También tiene partes móviles en las que podemos hacer avanzar a la oruga hacia su comida que a Ó le encanta mover. Son 13 o 14 páginas de entretenimiento, belleza y sorpresa.

Seis meses después sigue pidiendo que le leamos el libro a diario varias veces!



Existe también la versión desplegable mini, la versión en hojas de cartón, edición álbum, edición especial, para pintar, con babero, con títere... Y aunque creo que acerté con el pop-up porque a Ó le llaman mucho la atención, estoy segura de que ninguno os defraudará.


Es de Eric Carle, de la editorial Kókinos. Me costó 23 euros... ¡Pero qué bien invertidos!

Aquí podeis ver la cara de sorpresa que puso el primer día que vio una oruga de verdad!

miércoles, 14 de enero de 2015

Naturaleza. Bichos!

Otro día de huerto, de alegría y libertad, de andar firmemente entre piedras y hierbajos...
Fuimos a acompañar al abuelo, que dadas las fechas decidió junto a la abuela darle un lavado de cara al huertecillo y acondicionarlo de cara a la próxima plantación. 
Ó descubrió que en la tierra recién labrada por el abuelo, no se anda tan firmemente...


Como se han quedado sin huerto unos días, han decidido plantar algunas acelgas y espinacas en unos recipientes. Y Ó, como no se le escapa nada, tiene que investigar.


Ha descubierto junto a Papá que en el huerto viven insectos...




Pero lo más alucinante es que también hay orugas!

ORUGAS! 


Como La pequeña oruga glotona, su cuento preferido!
(Os lo recomiendo! Hablaré de él en un próximo post)


Se parece más bien poco a la del libro, Papá...




Y leímos el libro como seis veces al llegar a casa!

Espero poder contaros pronto lo que llevamos entre manos..! 
Muak!