viernes, 27 de febrero de 2015

Trabajamos el equilibrio.

El otro día compré éste disco de equilibrio porque lo encontré muy barato y pensé: "Ya le daremos uso dentro de unos años".


El disco de equilibrio es una superficie inestable que se usa en Pilates para realizar ciertos ejercicios. El uso de éste artilugio mejora la fuerza muscular de las piernas y articulaciones y desarrolla el sentido del equilibrio.

Lo compré pensando en la motricidad de Ó pero sin ninguna intención de mostrárselo ya, porque pensaba que no iba a ser capaz de mantenerse. 

Error.

Me vio con él en las manos, y como hace con todas las novedades, quiso investigar.


Para mi sorpresa, se mantenía bastante bien, y encima se lo estaba pasando pipa. 

 

Tanto que al día siguiente se animó Papá, se animó Mamá, y acabamos cayendo y riendo todos.


Aquí lo tenéis, después de practicar unas cuantas veces, en completo equilibrio!


Me parece perfecto para mejorar la capacidad de equilibrio de Ó, que lo podrá usar durante mucho tiempo. Además, lo podemos utilizar para hacer ejercicio. Y encima, nos reímos.

¡¿Qué más queremos?!


lunes, 23 de febrero de 2015

Los cuentos de Ó. Mi primer libro de cosas que aprendo.

En casa de los abuelos entre otros juguetes y libros tenemos éste:


Es un libro que me gusta mucho, Ó ha aprendido a diferenciar las formas con él, además tiene imágenes reales para relacionar con las formas, imágenes de animales, de objetos cotidianos...

El hecho de que las imágenes sean fotografías reales y no dibujos es algo que me gusta en especial de éste libro. Según Montessori, la información que los bebés reciben y absorben del entorno real en los primeros años les resulta suficientemente interesante como para introducir conceptos abstractos.

Si tuviera que objetar algo sería que resulta un poco caótico,  como que las fotos están puestas ahí al tun tún.




Aún así es un libro fantástico y que da mucho juego: Contamos, diferenciamos formas, diferenciamos colores, relacionamos objetos, recordamos animales y sus sonidos, mamás y cachorros, jugamos al veo- veo...


Está fabricado en cartón y es muy resistente,  el nuestro lleva mucho Ó (pisadas, manos sucias, babas, pintadas...) y lo ha soportado perfectamente.


Lo recomiendo sin duda, sólo por las opciones de juego que tiene ya vale la pena!

Siguiendo esta dinámica (cartoné, imágenes reales...) hay varios libros más editados que además incluyen sonidos o texturas, a los que seguro acabamos echando mano, como el de Sonidos de la granja o de vehículos, Mi primer libro para contar, Mis 100 primeras palabras, Todo sobre mí o el de texturas de Animales de la granja.

En casa tenemos más libros de este estilo, como el de números o el de texturas:





Éstos de animales (son su pasión ahora mismo), uno en valenciano y otro en castellano, que tienen solapas grandes y fáciles de abrir:



O ésta serie de minilibros de 10 páginas de cartoné, que compré muy muy baratos en un puesto del mercado:



Me parecen fantásticos, y es que mucho del vocabulario que Ó entiende (lo de hablar es otra cosa...) es gracias a observar, relacionar y jugar con este tipo de álbumes fotográficos. Para mí, merece la pena invertir tiempo en ellos: Aprendemos jugando!

jueves, 19 de febrero de 2015

Jugamos con water beads...

...Y estrenamos mesa sensorial!



Papá manitas se animó el otro día que tenía un ratito y hizo los agujeros a la mesa LACK que llevaba meses esperando a ser transformada. Un par de agujeros y un par de recipientes y tenemos mesa sensorial súper barata! Gracias Papá!


La hemos estrenado con water beads normales y Jumbo que llevaban un par de días en remojo, aunque Ó ya jugó anoche con las grandes, clasificando por colores.





Las water beads son unas perlas de un polímero biodegradable no tóxico que crecen cuando llevan un tiempo sumergidas en agua. Normalmente se usan para decoración y arreglos florales, pero tienen un tacto tan particular que son perfectas para el juego sensorial.


Las podéis encontrar en cualquier bazar. Si las vais a usar para este tipo de actividad, os recomiendo no dejarlas más de día y medio - dos días en remojo, ya que crecen tanto que se vuelen muy frágiles y con apretujarlas un poco se deshacen como si fueran gelatina.




Aquí está Ó esta mañana, cuando ha reconocido a sus amigas de anoche. No me ha dado tiempo ni a quitarle el pijama, se ha puesto en seguida a la faena!


La actividad es tan sencilla como presentar los materiales y dejar al niño experimentar. Nosotros hemos dispuesto una bandeja con varios utensilios para lo que le dé la imaginación.


Primero le ha dado por introducir las Jumbo en la cesta. Luego le he colocado el embudo y ha estado un buen rato trasvasando las pequeñitas.


Trasvasamos, de un recipiente a otro, tocamos, apretamos, mezclamos...



Y nos llevamos la satisfacción de conseguir lo que hemos estado intentando durante mucho rato y no podíamos hacer porque se "espapan"!





Y la cosa no se ha acabado ahí! Lo he vestido y ha estado jugando casi toda la mañana...


Actividad sencilla, barata y para mucho tiempo. Las water beads aguantan bastante tiempo hidratadas (hasta dos meses). Si se resecan podemos volverlas a hidratar.

Sobra decir que hay que acompañar al niño en todo momento. No son tóxicas pero podría haber peligro de atragantamiento y hay que estar pendientes de que no se las lleven a la boca.


Nos hemos divertido un rato largo. Yo más, que ha acabado el comedor como si fuera una cancha de tenis... Jaja! Luego recogemos, las guardamos en un recipiente, y...

¡Hasta otro día!













sábado, 14 de febrero de 2015

Plastilina casera.

En casa hace unas semanas que Ó tiene plastilina a su disposición. Se la enseñé de más pequeño pero no le hizo mucho caso. Ahora empieza a entretenerse.


En niños más mayores la plastilina les ayuda a desarrollar su creatividad, su concentración, mejoran su habilidad con la práctica y se divierten. Pero, además, la plastilina permite desarrollar la musculatura de las manos de los peques y la agilidad, fuerza y destreza de los dedos: Motricidad fina.


Después de ver que empieza a interesarle, hemos elaborado la plastilina en casa, con ingredientes culinarios y sin peligro de toxicidad por si decide comerse un trozo, siguiendo la siguiente receta:

Necesitamos:

-1 taza de sal
-2 tazas de harina
-1 taza de agua
-4 cucharadas de aceite
-4 cucharadas de bicarbonato
-Colorantes alimentarios


Mezclamos todos los ingredientes en un bol, exceptuando el colorante, sin importar el orden hasta obtener una masa de buena consistencia. Dependiendo de la humedad del ambiente es fácil que la receta se tenga que variar. Si queda pegajosa, podéis añadir harina; si queda demasiado seca, podéis añadir agua.


Separamos la masa en bolas para agregarles el colorante. En nuestro caso han sido tres para hacerlas amarilla, roja y verde. Hacemos un huequito en las bolas y añadimos el colorante.


Mezclamos con las manos la bola  hasta que el color se reparta del todo y quede ésta plastilina súper chula! (No tenía otros colores en pasta en casa jaja!)


Luego la podemos guardar en tarros o botes y aguanta varios meses. Nosotros hemos usado tuppers. 

Presentamos el material.


Y a jugar!


Modelamos, apretamos, cortamos, pellizcamos...



Y si es en compañía,  mejor!


Y siguiendo el reto Montessori 2015 de febrero, lo recogemos todo al terminar para mantener el orden en nuestro espacio.





Si está reseca la próxima vez que queramos volverla a utilizar, podemos adecentarla con unas gotas de aceite. 

Espero que la disfruten vuestros peques tanto como Ó!