En niños más mayores la plastilina les ayuda a desarrollar su creatividad, su concentración, mejoran su habilidad con la práctica y se divierten. Pero, además, la plastilina permite desarrollar la musculatura de las manos de los peques y la agilidad, fuerza y destreza de los dedos: Motricidad fina.
Después de ver que empieza a interesarle, hemos elaborado la plastilina en casa, con ingredientes culinarios y sin peligro de toxicidad por si decide comerse un trozo, siguiendo la siguiente receta:
Necesitamos:
-1 taza de sal
-2 tazas de harina
-1 taza de agua
-4 cucharadas de aceite
-4 cucharadas de bicarbonato
-Colorantes alimentarios
Mezclamos todos los ingredientes en un bol, exceptuando el colorante, sin importar el orden hasta obtener una masa de buena consistencia. Dependiendo de la humedad del ambiente es fácil que la receta se tenga que variar. Si queda pegajosa, podéis añadir harina; si queda demasiado seca, podéis añadir agua.
Separamos la masa en bolas para agregarles el colorante. En nuestro caso han sido tres para hacerlas amarilla, roja y verde. Hacemos un huequito en las bolas y añadimos el colorante.
Mezclamos con las manos la bola hasta que el color se reparta del todo y quede ésta plastilina súper chula! (No tenía otros colores en pasta en casa jaja!)
Luego la podemos guardar en tarros o botes y aguanta varios meses. Nosotros hemos usado tuppers.
Presentamos el material.
Y a jugar!
Modelamos, apretamos, cortamos, pellizcamos...
Y si es en compañía, mejor!
Y siguiendo el reto Montessori 2015 de febrero, lo recogemos todo al terminar para mantener el orden en nuestro espacio.
Si está reseca la próxima vez que queramos volverla a utilizar, podemos adecentarla con unas gotas de aceite.
Espero que la disfruten vuestros peques tanto como Ó!
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