Es un libro que me gusta mucho, Ó ha aprendido a diferenciar las formas con él, además tiene imágenes reales para relacionar con las formas, imágenes de animales, de objetos cotidianos...
El hecho de que las imágenes sean fotografías reales y no dibujos es algo que me gusta en especial de éste libro. Según Montessori, la información que los bebés reciben y absorben del entorno real en los primeros años les resulta suficientemente interesante como para introducir conceptos abstractos.
Si tuviera que objetar algo sería que resulta un poco caótico, como que las fotos están puestas ahí al tun tún.
Aún así es un libro fantástico y que da mucho juego: Contamos, diferenciamos formas, diferenciamos colores, relacionamos objetos, recordamos animales y sus sonidos, mamás y cachorros, jugamos al veo- veo...
Está fabricado en cartón y es muy resistente, el nuestro lleva mucho Ó (pisadas, manos sucias, babas, pintadas...) y lo ha soportado perfectamente.
Lo recomiendo sin duda, sólo por las opciones de juego que tiene ya vale la pena!
Siguiendo esta dinámica (cartoné, imágenes reales...) hay varios libros más editados que además incluyen sonidos o texturas, a los que seguro acabamos echando mano, como el de Sonidos de la granja o de vehículos, Mi primer libro para contar, Mis 100 primeras palabras, Todo sobre mí o el de texturas de Animales de la granja.
En casa tenemos más libros de este estilo, como el de números o el de texturas:
Éstos de animales (son su pasión ahora mismo), uno en valenciano y otro en castellano, que tienen solapas grandes y fáciles de abrir:
O ésta serie de minilibros de 10 páginas de cartoné, que compré muy muy baratos en un puesto del mercado:
Me parecen fantásticos, y es que mucho del vocabulario que Ó entiende (lo de hablar es otra cosa...) es gracias a observar, relacionar y jugar con este tipo de álbumes fotográficos. Para mí, merece la pena invertir tiempo en ellos: Aprendemos jugando!
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