Ésta vez os enseño una actividad realmente fácil que podemos practicar con nuestros peques para implicarlos en la cocina sin que parezca que ha pasado un tsunami por la encimera ni él acabe pringadísimo de arriba a abajo (sí, ya me ha pasado).
Nos hemos dedicado a hacer sandwiches. Menuda tontería, pensaréis. Aunque os recuerdo que lo que para nosotros es súper simple, supone un mundo de descubrimiento para ellos.
No es tan sencillo para un niño de 16 meses que la loncha de pechuga de pavo quede centrada y estirada encima del pan. Ejercitan sus deditos, su motricidad fina y se tienen que concentrar.
Eso por no hablar del queso! Hemos usado queso fundido en lonchas y os aconsejo usar lonchas de queso y punto, porque el hecho de que se peguen de esa manera a los dedos complica bastante la actividad.
Aún así hemos disfrutado mucho y han salido cuatro sandwiches! (alguno con algún mordisquito de más!)
Os animo a que realicéis esta productiva actividad con ellos. A Ó le gusta cualquier nueva iniciativa, se siente importante cuando ayuda y termina con cara de satisfacción.
Encima, al acabar el trabajo, comemos!
No podemos pedir más!
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