Otro día de huerto, de alegría y libertad, de andar firmemente entre piedras y hierbajos...
Fuimos a acompañar al abuelo, que dadas las fechas decidió junto a la abuela darle un lavado de cara al huertecillo y acondicionarlo de cara a la próxima plantación.
Ó descubrió que en la tierra recién labrada por el abuelo, no se anda tan firmemente...
Como se han quedado sin huerto unos días, han decidido plantar algunas acelgas y espinacas en unos recipientes. Y Ó, como no se le escapa nada, tiene que investigar.
Ha descubierto junto a Papá que en el huerto viven insectos...
Pero lo más alucinante es que también hay orugas!
ORUGAS!
Como La pequeña oruga glotona, su cuento preferido!
(Os lo recomiendo! Hablaré de él en un próximo post)
Se parece más bien poco a la del libro, Papá...
Y leímos el libro como seis veces al llegar a casa!
Espero poder contaros pronto lo que llevamos entre manos..!
Muak!
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